Visión del mundo con los cuatro sentidos
viernes, 20 de marzo de 2015
La campaña de las andaluzas, totalmente prescindible
lunes, 16 de marzo de 2015
La tibieza con ETA, y el verdadero rostro de Podemos
Lo contrario, denota una falta importantísima de sensibilidad, y pone de manifiesto una falta muy importante de calidad humana.
Son unos 50 minutos de despropósitos incesantes, de arcada permanente, de asco atroz, que deben indignar a cualquiera que tenga un poco de decencia. Y si no, que no se tenga que ver en la tesitura de tener que enterrar alguna vez a algún familiar próximo por un atentado terrorista.
viernes, 13 de marzo de 2015
Zaida Cantera, el machismo y el coñazo
Incluso si Morenés no hubiera querido dar ninguna explicación, hay varias formas de escurrir el bulto sin necesidad de ser soez en un tema tan delicado. Hasta para irse por las ramas pues, uno puede ser algo más humano. De esta manera, las palabras del titular de Defensa deberían haber hecho más hincapié en mostrar la solidaridad con la víctima, y por qué no, el compromiso de adoptar cuantas medidas sean necesarias para que este tipo de hechos no vuelvan a repetirse, o en todo caso, que no queden impunes.
Días después, parece que el Gobierno sí que pondrá en marcha protocolos para afrontar este tipo de denuncias. En todo caso, la pregunta es que por qué los miembros del Ejército que cometen delitos que no tienen nada que ver con el ejercicio de sus funciones no son juzgados por los tribunales civiles. De hecho, el castigo que el tribunal militar ha impuesto a este superior de Zaida Cantera ha sido inferior a la que tendría que haber hecho frente si su caso se hubiera dirimido en la justicia ordinaria.
Con este escenario, seguro que hay todavía muchas “zaidas” que no se atreven a denunciar, y muchas personas que de dar el paso, no están dispuestas a defenderlas. A fin de cuentas, para mucha gente, sus historias son muy aburridas y no son divertidas. En otras palabras, es un coñazo, y no la polla. Pues eso.
jueves, 5 de marzo de 2015
El "tic tac" del PP
Pero esta misma calma ha ocasionado graves problemas en su partido, el PP. El último episodio se está viviendo en Madrid, ante el estupor de los militantes y simpatizantes del partido, que ven como por la negativa de Rajoy a designar ya a los candidatos que se presentarán a las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo, las peleas internas de quienes tienen unos u otros intereses están recrudeciéndose por momentos, cayendo en algunos casos en la guerra sucia.
Así, en plena capital española, los ciudadanos están asistiendo a una desagradable telenovela sin haberles preguntado siquiera si deseaban poner ese canal de televisión. Viajes, chantajes, comisiones de jueces, espionajes y denuncias y declaraciones cruzadas entre Ignacio González y miembros de la Policía amenazan con dejar al PP madrileño todavía más lejos de la mayoría absoluta de lo que vienen adelantando las encuestas.
Si realmente el presidente de la Comunidad de Madrid ha cometido algún delito con la adquisición de su ático en la Costa del Sol, lo que deben hacer los tribunales es investigarlo, juzgar a González y condenarlo posteriormente. Pero si lo que sucede, dado que la causa ha sido archivada en varias ocasiones, es que Rajoy y una parte del PP quieren eliminar a González de la carrera política, lo que deberían hacer ya es decirlo claramente y nombrar a los cabezas de cartel del Ayuntamiento de Madrid y de la Comunidad.
La cobardía y la falta de decisiones valientes en política no suelen traer buenas consecuencias, y además, el tiempo corre en contra del PP, y de todos los partidos que no empiecen ya a confeccionar un mensaje claro y conciso a la ciudadanía. Así, no estaría mal que alguien hiciera a Rajoy escuchar el “tic tac, tic tac” de Pablo Iglesias, porque a este paso, para cuando lleguen las elecciones, al PP todavía no le habrá ni sonado el despertador para ponerse a trabajar.
viernes, 20 de febrero de 2015
Así celebra Maduro el aniversario del encarcelamiento de Leopoldo López
El régimen político de Nicolás Maduro en Venezuela, heredero directo del chavismo, encarceló hace ya más de un año a Leopoldo López, líder opositor. Su esposa, y muchas otras personas han luchado desde entonces para reclamar que sea puesto en libertad de inmediato, pero hasta el momento, lejos de conseguirlo, Maduro ha decidido celebrar el aniversario del encarcelamiento de López con la detención del alcalde de Caracas, que también pertenece a la oposición venezolana.
Para Maduro, todo el que no comulga con sus opiniones y critica abiertamente las políticas que su Gobierno desarrolla está apoyando la puesta en marcha de un golpe de estado. Es esta desde luego una forma peculiar de entender la democracia.
Es cierto que hay intereses en occidente que chocan con la forma de estado de determinados países como puede ser el venezolano, y sería estúpido negarlo. Pero no menos necio es el argumento de quienes defienden desde esta parte del mundo que todas las críticas que se realizan a estos regímenes políticos están motivadas por intereses ocultos. Nada más lejos de la realidad.
¿De verdad se puede negar que los políticos de la oposición pueden hacer su trabajo con plenas garantías? ¿Es posible negar que los venezolanos no pueden acceder a todos los alimentos que desean y se forman trifulcas en los supermercados para conseguir una simple caja de pañales?
Desde ciertos sectores de la sociedad española, como pueden ser algunos políticos de Podemos, sí se niega la realidad de Venezuela. Cabría pedirles que al igual que se condenan los acontecimientos que violan los derechos humanos en otros países, se haga lo propio con este estado sudamericano, y que tradicionalmente ha tenido tanto arraigo con España. El problema es que tal vez es mucho pedir el exigirle a alguien que sea capaz de levantar su voz contra su propio jefe.
jueves, 19 de febrero de 2015
Chaves y Griñán, protagonistas de la campaña de las Andaluzas para desgracia del PSOE
La imputación por parte del Tribunal Supremo a los expresidentes de la Junta de Andalucía Manuel Chaves y José Antonio Griñán no ha causado sorpresa alguna ni en propios ni extraños, pues realmente era cuestión de tiempo que la justicia comenzara a investigar a quienes fueron los máximos responsables de esta comunidad Autónoma durante tantos años, en los que mucha gente utilizó el dinero de los desempleados andaluces para lucrarse inmoral e ilegalmente.
Es verdad que el PSOE no tiene la patente de la corrupción, ahora que tanto se habla de este término con los problemas que los enfermos de hepatitis C están teniendo para poder acceder a los nuevos medicamentos, pero no es menos cierto que se trata de un caso que cuenta ya con 266 imputados, una cifra que deja ya muy atrás la que se apresuró a dar la Junta cuando este asunto estaba empezando a ser investigado. “Se trata de cuatro golfos”, decían hace ya algunos años, y es que sí, hace ya bastante tiempo que arrancó la investigación, y todavía no se han sacado conclusiones judiciales definitivas, lo que a buen seguro incrementa la sensación de impunidad que tiene la sociedad, por muy errónea que pueda llegar a ser esta visión.
Entre tanto, en sólo un mes los andaluces irán a las urnas divididos entre los que no castigarán la corrupción, quienes confían en nuevas fuerzas políticas como Podemos, y quienes irán sin ilusión a depositar la papeleta del PP, que cuenta con un cabeza de lista que pese a que en el Ministerio de Sanidad fue un eficaz gestor, no ha conseguido ilusionar ni a los suyos.
Ante este escenario, no faltan quienes intentan apelar al “mal de muchos, consuelo de tontos”, recordando que no pocos imputados del PP se enfrentan también a delitos similares de corrupción. Es cierto, y el PP debería actuar con más contundencia ante este asunto. Pero la táctica del ventilador para esparcir la basura no va a beneficiar a nadie. O tal vez sí, y seguramente en pocos meses ese será el problema.
lunes, 16 de febrero de 2015
No querer ver
El ritmo de la actualidad hace seguramente que estemos perdiendo el norte por completo en este país, y por supuesto, en muchos otros. Mientras los terroristas de Estado Islámico siguen sembrando el miedo, el pánico y dejando tras de sí un reguero de sangre por todos los lugares “infieles”, en España estamos pendientes de si finalmente el PSOE presentará en Madrid a Ángel Gabilondo, de si Izquierda Unida decide disolverse en Podemos sacrificando así su historia a cambio de intentar mantener un par de cargos políticos, o de si Mariano Rajoy decide o no designar un candidato para las elecciones municipales y autonómicas en breve, o por el contrario considera que no es necesario hacerlo y lo elige cuando se conozcan los resultados de los comicios.
Mientras este jueves se aprobará en el Congreso el pacto contra el terrorismo islamista entre los partidos mayoritarios, todos, incluso sus promotores, han olvidado ya la relevancia del problema de unos asesinos que no tienen nada que perder, puesto que por defender unas ideas de no se sabe qué, están dispuestos a morir matando. Los atentados de Dinamarca no han servido lamentablemente para volver a reavivar en la sociedad el debate de cómo intentar luchar contra esta lacra, que si bien en enero se dejó sentir en París y en este caso en Dinamarca, nosotros bien sabemos que nos puede tocar en cualquier momento, en cualquier lugar.
Mientras se conoce el dato de que millares de inmigrantes han perdido la vida intentando alcanzar las costas europeas, lo que para muchos inmigrantes es el “paraíso”, la sociedad y los políticos no son capaces de acordar un mínimo de actuaciones encaminadas a solventar este drama, o al menos intentarlo.
Y mientras España intenta salir poco a poco de la crisis económica, para lo que todavía queda un largo camino por recorrer, la sociedad se desayuna día sí y día también con casos de corrupción en todos los medios. Pero no hay problema, ya estamos salvados: mucha gente ha decidido echar mano de su espíritu crítico y ha sentenciado que serán quienes presuntamente roban antes de llegar a las instituciones serán los que las van a regenerar. De verdad, que paren el mundo que yo hoy me bajo.