viernes, 13 de marzo de 2015

Zaida Cantera, el machismo y el coñazo

El caso de la capitana Zaida Cantera, que sufrió por parte de un superior abusos sexuales en el seno del Ejército, ha vuelto a poner de manifiesto las situaciones tan dramáticas que muchas mujeres todavía tienen que vivir en esta sociedad, que está muy lejos de alcanzar
todavía la igualdad real.
El  machismo es un fenómeno transversal, que afecta a todos los territorios, a personas de todas las edades y de cualquier clase social. Esto se ha puesto de manifiesto con la falta de sensibilidad mostrada esta semana por parte del ministro de Defensa, Pedro Morenés, que fue interpelado sobre este asunto en el Congreso por la diputada de UPyD Irene Lozano. Bien es cierto que la parlamentaria magenta aprovechó la situación para sacar rédito político, lo  cual puede y debe ser criticado,  pero el ministro actuó de forma incorrecta, optando por atacarla y llegando incluso a mandarla callar, lo que le obligó posteriormente a pedir disculpas.

Incluso si Morenés no hubiera querido dar ninguna explicación, hay varias formas de escurrir el bulto sin necesidad de ser soez en un tema tan delicado. Hasta para irse por las ramas pues, uno puede ser algo más humano. De esta manera, las palabras del titular de Defensa deberían haber hecho más hincapié en mostrar la solidaridad con la víctima, y por qué no, el compromiso de adoptar cuantas medidas sean necesarias para que este tipo de hechos no vuelvan a repetirse, o en todo caso, que no queden impunes.

Días después, parece que el Gobierno  sí que pondrá en marcha protocolos para afrontar este tipo de denuncias. En todo caso, la pregunta es que por qué los miembros del Ejército que cometen delitos que no tienen nada que ver con el ejercicio de sus funciones no son juzgados por los tribunales civiles. De hecho, el castigo que el tribunal militar ha impuesto  a este superior de Zaida Cantera ha sido inferior a la que tendría que haber hecho frente si su caso se hubiera dirimido en la justicia ordinaria.

Con este escenario, seguro que hay todavía muchas “zaidas” que no se atreven a denunciar, y muchas personas que de dar el paso, no están dispuestas a defenderlas. A fin de cuentas, para mucha gente, sus historias son muy aburridas y no son divertidas. En otras palabras, es un coñazo, y no la polla. Pues eso.

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