El etarra Valentín Lasarte, asesino de
personas como Gregorio Ordóñez
(PP) y Fernando Múgica (PSOE), ha salido
de prisión de forma dolorosa pero legal y legítima, por lo que no
es posible hacer otra cosa en un día como hoy que no sea ponerse en el
lugar de los familiares de las víctimas.
Lo contrario, denota una falta importantísima de sensibilidad, y pone de manifiesto una falta muy importante de calidad humana.
Lo contrario, denota una falta importantísima de sensibilidad, y pone de manifiesto una falta muy importante de calidad humana.
Y es que, no hay que irse muy lejos para
encontrar responsables políticos que mantienen cercanía con los
terroristas, o al menos, se posicionan de forma equidistante con el
dolor que han sufrido las víctimas y los verdugos por estar en
prisión, a quienes consideran presos políticos. Y no, no estoy en esta
ocasión hablando del brazo político de ETA, encarnado ahora por Bildu
y Sortu, sino de líderes de una fuerza emergente como es Podemos.
Ya se ha hablado de forma reiterada de su
apoyo a Venezuela, o de la forma de referirse a ETA, y ellos han
reaccionado con evasivas o con querellas, como la que Pablo Iglesias ha
puesto a Esperanza Aguirre.
Ellos hablan además de una conspiración
de “los de arriba” para acabar con su ascenso en la intención de
voto, y he de reconocer que hay veces que incluso un servidor ha
llegado a planteárselo. Pero ayer, en una de esas noches en las que a
uno le cuesta conciliar el
sueño, estuve navegando por internet, y me
encontré con programas en Hispan TV de 2013, sólo unos meses antes
de que Podemos se constituyera como partido.
El espacio, presentado por Pablo Iglesias
y con la participación de Monedero, se refiere de forma reiterada a
ETA como movimiento político que usa la lucha armada para conseguir sus
fines, y critica a la izquierda por no secundar la forma de
actuar de ETA para acabar con el sistema. Así, afirman incluso que los
partidos de esa ideología no hacían nada en el parlamento, “y estaban
tocando la lira sin ni siquiera irse del Congreso”.
Pero el punto álgido de Pablo Iglesias es
cuando habla de que hay personas como él que creen que lo que no
se ha conseguido con las armas no se conseguirá por la vía
política.
Son unos 50 minutos de despropósitos incesantes, de arcada permanente, de asco atroz, que deben indignar a cualquiera que tenga un poco de decencia. Y si no, que no se tenga que ver en la tesitura de tener que enterrar alguna vez a algún familiar próximo por un atentado terrorista.
Son unos 50 minutos de despropósitos incesantes, de arcada permanente, de asco atroz, que deben indignar a cualquiera que tenga un poco de decencia. Y si no, que no se tenga que ver en la tesitura de tener que enterrar alguna vez a algún familiar próximo por un atentado terrorista.
El vídeo no tenía más que unas decenas de
visitas y aunque no se vea completo, conviene ojearlo un poco por
encima. Y es que, no hace falta hablar de Venezuela para darse cuenta de
que esta gente no está en realidad por la libertad, o al menos en el
sentido en que la entendemos en occidente. Ahora únicamente
han moderado su discurso para poder conseguir un mayor número de
votos en las próximas citas con las urnas.
Anoche yo no dormí casi por el asco que me
dio ver eso, así que permítanme que al menos estas líneas me
sirvan de desahogo. Así pues, ayer me arrancaron las ganas de dormir,
pero no me cabe duda de que si esta gente llega al Gobierno nos van a
quitar a todos muchas más cosas, y tal vez para entonces sea
demasiado tarde.
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